“En la oscuridad puedo colgar en las paredes de mi mente lienzos de colores, en la soledad puedo ver quién soy bajo la piel"
Beatriz y los cuerpos celestes

domingo, 18 de septiembre de 2011

Huída


Prefiero huír antes de que el amargo sabor de tu recuerdo me persiga. No me busques, es inútil. Ya quemé demasiadas promesas y la lluvia, más que mojarme, me quema.

jueves, 15 de septiembre de 2011

Recapitulando


Podría escribir miles de cosas en este momento. Podría describir minuciosamente cómo han sido los últimos cinco años de mi vida, curso a curso, desde que todo comenzó un quince de septiembre como cualquier otro. Podría relatar mis experiencias, mis fracasos y mis éxitos, mis alegrías y mis penas. Incluso podría confesar mis más íntimos pensamientos, aquellas cosas que en su día callé y guardé sólo para mí. Pero no lo haré.

La andadura ha sido dificultosa hasta extremos insospechados. Me he visto obligada a hacerle frente a situaciones que nunca imaginé vivir. He cumplido mis objetivos en muchas ocasiones, pero también he cometido errores en muchas otras. Y, a pesar de la gravedad de mis faltas, si alguien me diera la oportunidad de borrarlas para siempre como si nunca hubieran existido, me negaría a hacerlo. Soy quien soy gracias a mis experiencias, gracias a las lecciones que he obtenido de todas y cada una de ellas.  Y también soy quien soy gracias a las personas que han confiado en mí, que si bien no han sido muchas, me han apoyado en bastantes ocasiones. Es por esas personas que sigo adelante, que no he tirado la toalla en momentos en los que me sentía completamente abatida.

También ha habido momentos de soledad. Demasiados, diría yo. Momentos de incertidumbre, de tristeza y resentimiento. Momentos en los que me miraba al espejo y no me reconocía a mí misma. Veía reflejado en él a una joven altanera y antipática que estaba dispuesta a defenderse de todo y de todos. Tuve que cambiar a la fuerza. No me quedó otra, de ello estoy segura. Sin embargo, en el fondo nunca he dejado de ser yo misma. Siempre me he mantenido fiel a mis ideales, y he peleado a más no poder por alcanzar mis objetivos.

Han sido cinco años difíciles, pero no los cambio por nada del mundo. He aprendido miles de cosas. Sí, es cierto; en ocasiones las lecciones han sido demasiadas duras… y mi aprendizaje ha sido costoso y sufrido. Pero así soy yo, no lo puedo remediar. Quiero seguir luchando por aquello en lo que creo, porque ahora no me pienso rendir. Han sido tiempos difíciles, pero no voy a desistir ahora. Sólo espero que la diosa fortuna reparta algo de esa suerte de la que muchos se valen para seguir adelante con sus vidas, y que la fuerza me acompañe, como decía aquél de Star Wars. Al fin y al cabo, yo también he vivido mi particular Guerra de las Galaxias.

Mañana todo comenzará de nuevo, y yo voy a seguir. Me he caído mil veces, pero siempre me he levantado. Este curso pondré todo de mi parte para que no sea una excepción. “La noche es siempre más oscura justo antes del amanecer”, y yo quiero vislumbrar de una vez por todas esa alborada que me prometieron.



Empiezo a entender



 Sólo quiero que seas feliz.

Se acabó

Una vez jugué con fuego y me quemé. Volé alto y me caí. Soñé, y me dí de bruces con la realidad.

Ya no más.

viernes, 9 de septiembre de 2011

¿Dónde vas...?



Quizás una de las canciones más especiales para mí. Su letra es triste, pero no deja de confortarme cuando no estoy bien.

Una vez, solamente una vez, ya lo ves
Y no fueron mis pies
Que fueron mis manos las que se enredaron una vez.
Solamente una vez
Y por más que lo pienso siempre noto el peso.
Volvería a caer, volvería a saber
Que aunque tú me pierdas
Yo siempre me encuentro contigo.
Cuando vienes vas, cuando vas no estás
Y yo vivo enganchá a los pasos que das.
Yo no quise correr, solamente una vez
Me mandaron los pies.
[estribillo]
¿Dónde vas tan solo y tan tarde?
Que no te acuerdas de nadie
Cuando va cerrao, solito por la calle
¿Dónde vas? ¿Dónde vas?
Una vez, solamente una vez, ya lo ves
Una vez te perdí, una vez te seguí
Una vez, y dos, y tres
Una vez me enamoré del lado oscuro
De lo más chungo
Di tantas vueltas
Que perdí el rumbo.
[estribillo]
¿Dónde vas tan sola y tan tarde?
Que olvidé los detalles
Porque voy cerrá, solita por la calle.
Solita por la calle, por la calle desidia
Que es dónde se pierden los niñas que van de excursión.



jueves, 8 de septiembre de 2011

Miedo.



Un día creí que los sueños pueden hacerse realidad. Hoy, años después, más incrédula pero no por ello menos ilusionada, sólo creo en el esfuerzo como única vía para poder alcanzarlos. Tengo miedo, pero ello no me paralizará. Nunca lo ha hecho.

sábado, 3 de septiembre de 2011

Recorriendo lugares prohibidos

Vete, vete donde el corazón te lleve y atraviesa las fronteras del tiempo. Recoge hojas secas que un día vientos de libertad te trajeron, y salta sobre los charcos de tu mente haciendo salpicar la costumbre de hacer siempre lo mismo. Dibuja soles espléndidos con un pincel de esperanza, y haz que sus colores intrépidos se  diluyan en las aguas de los océanos más cristalinos. Navega por mares en calma y lánzate al mar en las más feroces tempestades. Cruza mil semáforos en rojo y guarda cada atardecer en tu retina como un preciado tesoro. Y si algún día deseas regresar, sólo da la vuelta y emprende el viaje de regreso, pero nunca te arrepientas de haber vivido tu vida.




viernes, 2 de septiembre de 2011

Yo quiero vivir del aire

A menudo -sobre todo cuando tienes diecisiete años y vas a pasar a Segundo de Bachillerato-, la gente suele preguntarte qué piensas estudiar. Y ojo, porque en situaciones así nos encontramos ante una pregunta inocente de difícil respuesta. Unas veces nos preguntan por interés, otrás por educación, y otras muchas por tratarse del tema más recurrente para entablar conversación con un adolescente.

 Lo cierto es que, al menos en mi caso, muchas veces no sabes qué responder cuando te formulan esta pregunta, y no será porque no hayas pensado en ello. De hecho, este tema me trae de cabeza desde hace bastante tiempo. No sé qué quiero hacer con mi vida. ¿Por qué nos vemos obligados a escoger un camino, una sola opción para comenzar a construir nuestro futuro? Me gustan los idiomas, me encanta leer y escribir, me apasiona la historia, disfruto ayudando a los demás... sí, puede que haya alguna carrera de acuerdo a este perfil. O quizás no exista. O qué sé yo.

Cansada de visitar una y otra vez páginas web de orientación de diversas universidades, me dispuse a tomarme las cosas con calma y esperar a que el tiempo decidiera. Esperaba que la carrera de mis sueños apareciera ante mí de un momento a otro, pero no ha sido así. ¿Qué voy a hacer con mi vida? ¿A qué me voy a dedicar? ¿Terminaré desempeñando un trabajo triste y aburrido? ¿Caeré en la rutina? ¿Me arrepentiré de mis decisiones pasadas...? Son tantas las preguntas que a veces prefiero aparcar el tema y esperar el devenir de los acontecimientos.

Consejos me han dado muchos. "Todavía es pronto para pensar en ello". "Debes hacer lo que realmente te guste". "No te agobies con este tema". Y mi favorito: "piensa en que también debe tener salida profesional..."
Me cansan todos ellos. Sé que me los dan con las mejores intenciones, y de veras que los agradezco... pero continuo confusa, ofuscada y hasta las narices de Bolonia, de PAU, de notas de corte, de salidas profesionales, de posibles oposiciones, de nivel de idiomas y de la madre que los parió a todos.

¿Por qué no nos centramos realmente en averiguar qué es lo que realmente queremos hacer sin que todos estos factores sean tan determinantes? Sí, ya sé que soy una soñadora. A veces creo que "lo flipo" demasiado, como dicen muchos. Y pienso estas cosas especialmente cuando hago comentarios del tipo "el sueldo no es lo que me interesa realmente, lo que quiero es ser feliz con mi trabajo, hacer algo que ayude a los demás, que sea digno de recordar...". Y entonces, siempre hay alguien que me mira de reojo, profiere una media sonrisa bastante irónica y me dice con cierto desdén: "¿y entonces de qué vas a vivir? ¿del aire...?".

 Sí, yo quiero vivir del aire. Soy una revolucionaria de mi tiempo. Me importan un carajo los sueldos y el qué dirán. Yo quiero vivir del aire, pero no de un aire cualquiera, sino de un aire que me motive para levantarme cada mañana y hacer lo que realmente me gusta. Un pensamiento muy utópico, ya lo sé. Siempre habrá una lista de la compra y varias facturas que me devolverán a la realidad. Y entonces, puede que me sorprenda a mi misma releyendo estas palabras, arrepentida por no haber hecho lo que yo realmente quería hacer, aquello con lo que yo soñaba. Y entonces, sólo entonces, puede que yo también profiera una media sonrisa irónica al terminar de leer esta frase.