“En la oscuridad puedo colgar en las paredes de mi mente lienzos de colores, en la soledad puedo ver quién soy bajo la piel"
Beatriz y los cuerpos celestes

viernes, 10 de enero de 2014

"Los años bárbaros", de Fernando Colomo

Creo que he comentado en alguna ocasión que me gusta mucho el cine español. Normalmente, cuando digo esto la gente me mira como si estuviera loca y me responde "¡pero si es malíiiiiiiiiiiiisimo!". Bien, seguidores de Torrente y Penélope Cruz. Minucias.Y que conste que yo respeto todos los gustos y opciones, pero que también me respeten ellos a mí, leñe.


Cada cual tiene sus gustos, y yo, para ver una película con menos argumento que la etiqueta del champú, con efectos especiales hechos a ordenador-que parece que te va a dar un ataque con tanto flash y tanta lucecita- y muchach@s enseñando cuerpo y escondiendo neuronas, prefiero ver una película que me emocione, que me divierta, que me enseñe algo nuevo, que me deleite, que me haga desconectar por un rato y, al mismo tiempo, me permita reflexionar. Y eso, lo he conseguido con grandes películas españolas que se han convertido en mis favoritas. Pero hace ya bastante que hablé de eso.

Hacía tiempo que no veía una buena película española. El otro día empecé a ver por casualidad "Los años bárbaros", en TVE. De esto que son las doce de la noche y te quieres ir a dormir, pero empieza una película y, a lo tonto a lo tonto, te pones a verla. Y te entretiene. Y parece que te gusta. Y oye, que no te despegas de la pantalla.




En esta ocasión, el director es Fernando Colomo. "Los años bárbaros" (1998) está basada en hechos reales. Nos cuenta las peripecias de un par de estudiantes que, en plena dictadura, se fugan del Valle de los Caídos, donde se hallaban recluidos por haber hecho una pintada contra el régimen en la Facultad de Filosofía y Letras (pintada que, por cierto, aún no se ha podido eliminar por completo, ya que fue hecha con nitrato de níquel). Un par de chicas americanas, una intelectual y madura rubia, y una alocada y vivaracha pelirroja, les acompañarán en su huida. La película narra en clave de humor una situación más triste de lo que aparenta en el filme, en la que un par de jóvenes luchan por su libertad. Ni que decir tiene que el hecho de que uno de ellos fuera poeta y escribiera para evadirse de la realidad que le había tocado vivir terminó por cautivarme por completo. Lo interpreta Ernesto Alterio, genio y figura. Tampoco se queda atrás un maravilloso Juan Echanove en el papel del falangista Marquina. En general, todo el reparto es muy bueno, y los escenarios, en su mayoría naturales, nos ofrecen un amplio repertorio de la sociedad y la geografía española de la época. Especialmente bonita la escena en la que se bañan en la playa.




Si os gusta el cine español o queréis darle una oportunidad, tenéis que verla.

Que no os engañen, pues aunque es cierto que hay películas de muy baja calidad, también hay grandes filmes que merece la pena ver.

¡Un beso!

Mar